1. Introducción

Es bien conocido por todos que Colombia es uno de los países, en el mundo panhispánico, que más se ha preocupado por estudiar y cuidar la lengua que se usa en el territorio nacional como medio de interacción y comunicación. Legado español que se ha transformado por el uso y el paso del tiempo en una nueva forma de hablar, conservando las estructuras mínimas de unidad entre el Español de España y de América. De igual manera, desde hace mucho tiempo ya, se ha interesado por el estudio y la preservación de las lenguas aborígenes vivas o muertas que nos pertenecen, por derecho propio, también, con especial atención, al estudio y conservación de las lenguas afroamericanas, testimonio cierto de la historia de los afrodescendiente en nuestro país.

En consecuencia, podemos decir que Colombia es, en realidad, un país plurilingüe, extraordinariamente diverso, desde el punto de vista cultural y lingüístico, constituido por las culturas ancestrales y la mezcla de la lengua y la cultura que nos dejaron los conquistadores al irrumpir en el suelo americano. “La presencia de estos tres tipos lingüísticos: el indio (aborigen), el negro (afrodescendiente) y el blanco (español) en el territorio nacional, le confiere una riqueza y variedad especial al patrimonio lingüístico y cultural” que ha sido preocupación de lingüistas, antropólogos y filólogos nacionales e internacionales para el conocimiento de la lengua que aquí en el suelo patrio se habla.

Prueba de ese afán conservador, por la defensa y cultivo del recurso lingüístico, instrumento o herramienta de la interacción comunicativa fue la creación de la Academia Colombiana de la Lengua (1871) y, posteriormente, la fundación del prestigioso y bien recordado Instituto Caro y Cuervo (1942). El primero, la Academia, como ente normativo de carácter privado que se dedica al cultivo y la defensa del patrimonio lingüístico colombiano, la lengua; el segundo, como ente, de carácter público, cultor de la investigación y la difusión de los estudios que sobre la lengua se hacen en Colombia, para el conocimiento de nuestra realidad lingüística y de los aportes de esta a la unidad de la lengua en Colombia y en América, por supuesto, con relación a la unidad en el mundo panhispánico.

Es por esta labor científica y el amor que le profesamos a nuestra lengua que hoy queremos honrar la memoria y ofrecerle tributo de admiración a uno de los más grandes cultores de la ciencia lingüística colombiana del siglo XX, partícipe de las actividades lingüísticas y culturales y del desarrollo de estos dos centros pioneros de la cultura nacional: la Academia Colombiana de la Lengua y el Instituto Caro y Cuervo y de eméritas instituciones de Educación Superior que tuvieron la fortuna de contarlo como su profesor, gestor y organizador de planes y programas que mantienen viva la tradición de los estudios lingüísticos en Colombia, el doctor Carlos Patiño Roselli. En consecuencia, quiero, con estas pocas líneas, referirme a él desde la dimensión humana, científica y docente, junto con la imborrable huella de amistad que dejó en cada uno de nosotros.

2. Una vida y una obra por la lengua y la cultura colombianas

Muchas de las personas, aquí presentes, académicos, investigadores y administradores que forman parte del este maravilloso recinto académico y, fuera de él, profesores, alumnos de muchos lugares de Colombia y del exterior, amigos y seguidores de sus lecciones humanas y científicas, seguramente coinciden conmigo al afirmar que fuimos unos privilegiados por la vida al conocer de cerca y sentirnos amigos, alumnos, compañeros o colegas del doctor Patiño Roselli. Un hombre, gentil y modesto, amigo de veras y estudioso como pocos, entregado a la pasión de su vida, el estudio y la enseñanza del español, de las lenguas aborígenes y de la criollística colombiana; riguroso en su quehacer académico, comprometido con las funciones de sus cargos y de las personas que estuvieran bajo su responsabilidad, siempre amable y jovial. Enemigo de la figuración y los falsos honores, de gran calidez humana y sencillez de sabio. En ningún momento de su vida, de eso estamos seguros, lo preocuparon “las prebendas ni los cargos honoríficos, por lo cual nunca se sintió aquejado por esa tremenda y corrosiva desazón de los fracasos y las frustraciones”.

2.1 Vida académica

Hablar de don Carlos Patiño Roselli, no es solo hablar de la persona en su ciclo vital, sino de su maravilloso magisterio, su trascendencia nacional e internacional, especialmente, en la investigación y sus aportes al desarrollo de los estudios lingüísticos y filologícos en Colombia. Todo ello, gracias a su formación humanística y, en particular, en la ciencia del lenguaje, fruto de los conocimientos adquiridos en Universidades de Europa: La Sorbona de París, Francia, La universidad de Munich, Alemania y de Estados Unidos, la universidad de Michigan. Fueron varios los centros de Educación Superior y las Instituciones académicas colombianas que lo tuvieron en sus plantas laborales como profesor-investigador o directivo; entre otras, la Universidad de Los Andes, La Nacional, La Javeriana, La Jorge Tadeo, el Instituto Caro y Cuervo y la Academia Colombiana de la Lengua. En ellas, el doctor Patiño, se destacó por su gran compromiso, la constancia, la investigación y sus aportes significativos a la lingüística colombiana, instituciones donde sembraba y cultivaba las semillas de sus desvelos académicos. Por esta razón, sin lugar a dudas, se ganó el respeto y la admiración de todas las instituciones que lo vieron trabajar en las ramas de su conocimiento científico.

Don Carlos Patiño Roselli nació en Sogamoso (Boyacá) el 20 de octubre de 1928 y murió en Bogotá a la edad de 82 años, el 4 de septiembre de 2010. Su marcha sin retorno fue en verdad una pérdida enorme para los seres más cercanos, la academia, la educación superior y, en general, para la cultura colombiana. Con su muerte Colombia perdió a un gran humanista y su partida nos privó de su amable presencia, serenidad y modestia; sin embargo, su labor silenciosa y tesonera, está presente entre nosotros, quienes con admiración y respeto reconocemos su obra académica y sabemos que ella pervive como faro de luz para los estudiantes, profesores e investigadores que desde las aulas universitarias y centros de investigación, siguen la senda de su pensamiento, fruto de su férrea formación académica, presente en muchos libros, ensayos, artículos, conferencias, debates y prólogos entintados por su pluma magistral y publicados en importantes prensas editoriales del país y fuera de él.

Ahora, en este instante, siento una profunda tristeza al referirme al doctor Patiño, hombre extraordinario y virtuoso en lo académico, lo social y lo familiar que hoy estamos recordando en este merecido y justo acto académico, 10 años después de su muerte. Por ello, decidí acompañarme, en este recorrido por su vida y su obra de voces autorizadas con las que compartió, durante largo tiempo, también su periplo vital. Amigos y compañeros de siempre en los tantos lugares donde desarrolló cada uno de los momentos de su existencia, entre ellos: Jaime Posada, José Joaquín Montes Giraldo, María Luisa Rodríguez de Montes, Olga Ardila, Luis Alfonso Ramírez, Juan Carlos Vergara Silva, Jaime Bernal Leongómez, Edilberto Cruz Espejo, Neila Pardo, Humberto Triana y Antorvesa, de quienes he tomado y unido a mi experiencia de vida ya como estudiante y como colega en varios espacios académicos, guardadas las proporciones, algunas ideas para conformar este texto.

Empezaré, entonces con las palabras de agradecimiento, pronunciadas por don Carlos Patiño en la Academia Colombiana de la lengua, el 9 de diciembre de 2009, al recibir el premio Nacional al Mérito Científico, en la modalidad de Vida y Obra, que le otorgó la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, “Si bien me embargan ciertas dudas sobre el alcance de mis merecimientos para recibir tan honrosas distinciones, de todas formas, ante los hechos cumplidos, debo confesar que a los sentimientos de gratitud se agrega una honda santisfacción” palabras llenas de modestia, virtud infinita que siempre lo acompañó. (Forma y Función, Vol, 22, No. 2, pág.199).

De sus estudios podemos decir que la primera etapa de su formación intelectual la inició en su ciudad natal, luego, viajó a Bogotá y se graduó de bachiller en el colegio San Bartolomé, posteriormente, ingresó a la Universidad Nacional de Colombia para cursar estudios, en el Instituto de Filosofía, que por aquel entonces acababa de crear la rectoría de Gerardo Molina. Según el doctor Patiño “la creación de este Instituto fue un hecho de la mayor importancia para la cultura colombiana, pues significó darle entrada al pensamiento contemporáneo en nuestra universidad mayor” (…) “lo anterior vale especialmente para el campo filosófico en donde las ideas de un Husserl o un Heidegger reemplazaron en las aulas concepciones tradicionalistas que habían imperado en el país. Este viraje fundamental estuvo a cargo de profesores eminentes como Rafael Carrillo, Danilo Cruz Vélez, Cayetano Betancourt, Jaime Jaramillo Uribe y Luis Eduardo Nieto Arteta, entre otros. Además, Casimiro Eiger nos hablaba del salón literario de Madame de Sevigné en París, Howard Rochester nos introducía a Shakespeare y Julián Mota Salas a las lenguas clásicas. El plan de estudios era bastante abigarrado- filosofía, historia, pedagogía, introducción a la biología, lenguas clásicas, lenguas y literaturas modernas- pero todos esos conocimientos me fueron posteriormente útiles”.

Entre 1950 y 1965, estudió en la Sorbona de París (Francia), en la Universidad de Munich (Alemania) y en la Universidad de Michigan (Estados Unidos), en esta última, obtuvo el título de doctor en Lingüística románica. La obtención de una beca para adelantar estudios de filosofía en París, a principios de los años cincuenta le abrió un panorama inmenso, por un lado, le permitió conocer directamente la cultura europea con la que los jóvenes de esa época soñaban y, por otro, lo llevó a cambiar el rumbo de sus estudios de literatura y filosofía por los estudios del lenguaje, pasión definitiva de su actividad intelectual y académica. En 1952, allí en la Sorbona, tomó cursos de Filología Románica, especialmente, francesa y obtuvo el título de Licenciado en letras, recuerda don Carlos Patiño la impresión que le causó la universidad de Paris “En esa universidad me impresionó el sistema pedagógico tan libre y tan distinto del que yo había experimentado en la Universidad Nacional: nada de llamar a lista, ni de llevar notas previas, ni de formularle preguntas al profesor. En auditorios colmados de estudiantes el docente, que obligatoriamente tenía tras de sí una notable trayectoria investigativa, disertaba sobre el tema pertinente –o sea, la hoy poco prestigiosa cátedra magistral en su mejor manifestación-”.

Continúa su evocación diciendo “En Francia, en esa época, el panorama del lenguaje estaba dominado por dos grandes personalidades: Emite Benveniste y Gustave Guillaume. En nuestro medio el primero es conocido especialmente por ser el autor de la célebre teoría de la enunciación, que establece la estructura básica del acto de comunicación. El segundo, era el creador de una ambiciosa doctrina llamada “psychosystématique du langage”, fenómeno algo extraño en la historia de la lingüística, puesto que se basaba en orientaciones que en esos tiempos eran antagónicas: la estructuralista y la psicológica”.

Don Carlos Patiño recuerda con estas palabras el París que vivió y lo compara con el París de hoy. “el París de la posguerra que me tocó vivir entonces era probablemente más auténtico y más francés que el de estos tiempos globalizados. Actuaban todavía en la escena literaria grandes figuras como André Gide, Paul Mauriac, Jean Cocteau, Albert Camus, etc. Lo mismo que Jean-Paul Sartre y Gabriel Marcel en la filosofía. También vivían todavía los grandes representantes de la canción popular como Edith Piaff o Charles Trenet”.

Con el deseo de continuar y profundizar en sus estudios filológicos viajó a finales de 1952 a la Universidad Alemana de Munich. Para los estudiosos de aquella época Alemania era la cuna de la filología porque ella había nacido allí a comienzos del siglo XIX y había alcanzado un importante desarrollo, por lo tanto, era necesario ir a la universidad alemana para conocer los avances y el desarrollo de esta ciencia. Don Carlos Patiño se refería a este hecho diciendo que “el estudio filológico se entendía a un nivel muy alto: como el examen crítico de textos, en especial del pasado, no por el valor que esta actividad tenga en sí misma, sino porque es el camino que conduce al conocimiento de la cultura de la respectiva nación, definida aquella por algunos como “idealidad concreta”, fórmula de evidentes connotaciones hegelianas”

Su estadía en la universidad de Munich le permitió atesorar una gran amistad con el profesor Gerhard Rohlfs, uno de los más importantes romanistas de aquella época, de quien tradujo del manuscrito alemán al español el Manual de Filología Hispánica, publicado en 1957 por el Instituto Caro y Cuervo. El profesor Gerhard en el prólogo de la edición de Yerbabuena, luego de mencionar su agradecimiento a eminentes filólogos hispánicos como don Dámaso Alonso, o Don Alonso Zamora Vicente decía: “Por último, he de manifestar mi especial reconocimiento a mi alumno el señor Carlos Patiño por el sumo cuidado y la atención diligente que puso en la traducción del texto alemán” (Vergara, p. 1).

En esta época o en cualquiera otra, al releer el Manual se observan las calidades de traductor e intérprete del pensamiento de quien el mismo doctor Patiño llamaría “uno de los principales cultivadores de la filología románica de principios del siglo XX”. Recordando a su maestro alemán, señala las clases que recibió de él: Historia de la literatura francesa introducción a las lenguas románicas, Lírica italiana, La épica del Cid, Fonética y Morfología, Sintaxis histórica del francés, Lengua y Literatura provenzal, Seminario de español y Filología española y se refiere a esa amistad diciendo que “Bajo su dirección comencé a elaborar un trabajo de doctorado que por diversas circunstancias no tuvo culminación”.

En 1957 regresó a Colombia. Ese año, fue invitado por Don Ramón de Zubiría para dirigir el Departamento de Castellano en la Universidad de Los Andes. Para él “la universidad de los Andes era todavía una institución en estado virginal y en ella actuaban, además de don Ramón, intelectuales de la talla de Andrés Holguín, Daniel y Jesús Arango, Abelardo Forero Benavides y Danilo Cruz Vélez”.

El interés por completar su formación histórica por medio de la filología, lo llevó a viajar a la universidad de Michigan en 1961, donde se doctoró en 1965 con la tesis titulada “Trie Developmente of Studies in Romance Syntax”. Según él, “dicha universidad era entonces uno de los centros importantes de la lingüística descriptiva estadounidense. Como se sabe, esta disciplina se propone desarrollar procedimientos de análisis de las lenguas, haciendo abstracción de los aspectos históricos”. En su trabajo doctoral al referirse a los estudios sintácticos dejó ver la lucidez de su pensamiento, la disciplina de su trabajo y el don de gran Maestro de la lingüística, cuando en su resumen dijo: “Mi opinión es que los estudios sintácticos deben tener una orientación tan formalista como sea posible en cuanto al método, definición de categorías, descripción de unidades, etc., pero que no se debe excluir una etapa ulterior de la descripción en que se señalen y exploren los aspectos internos. Si bien es cierto que sólo el enfoque formalista le asegure a la Sintaxis el piso firme y el carácter objetivo que exige la lingüística moderna, por otra parte, el lenguaje al fin y al cabo no es solo forma sino contenido, y debe ser considerado, aunque su investigación no disponga todavía de un método adecuado. Por otra parte, si la Gramática se enclaustra completamente en el formalismo, perdería todo vínculo con las disciplinas como la Estilística, la Historia Literaria, la Psicología, la Lógica, la Sociología. Parece fuera de duda que siendo tanto la Lingüística como estas otras disciplinas Ciencias del Hombre, debe haber un puente tendido para la comunicación entre todas ellas.

Allí conoció a Robert Lado, célebre por su modelo de análisis contrastivo de los idiomas, y al profesor más famoso, de esa época, Kenneth Pike, creador de la teoría analítica llamada tagmémica, la cual fue aplicada en Colombia en la mayoría de los trabajos etnolingüísticos desarrollados por los investigadores del Instituto Lingüístico de Verano. La permanencia del doctor Patiño en la Universidad de los Estados Unidos le permitió complementar su formación filológica historicista con otra de carácter lingüístico y descriptivista. La Universidad de Michigan era uno de los buenos centros de la lingüística estructural y de la enseñanza del inglés en ese país. Al respecto dice “Le debo a la Universidad de Michigan el conocimiento del enfoque estructuralista del lenguaje y, en especial, de los procedimientos del análisis lingüístico. Como es sabido, la descripción estructuralista se aplica con preferencia a las lenguas ágrafas, de manera que la enseñanza en Michigan despertó en mí el interés por estos idiomas y me preparó para acercarme luego a la realidad lingüística colombiana” (Vergara, p. 2).

De nuevo en Colombia, en 1966, y ya con esa basta formación académica recibida en Europa y Norte América, fue llamado por el rector de la Universidad Nacional de Colombia, doctor José Félix Patiño, para dirigir del Departamento de Filología e Idiomas, que formaba parte de la estructura académica de esta Alma Mater. Sus recuerdos dejan ver el amor por la Institución y la pasión por los estudios de las lenguas indígenas y afrocolombianas, “Desde entonces, en la Nacional mi interés personal y mi actividad intelectual y académica se han dirigido al estudio de los idiomas étnicos del país, o sea, de los vernáculos indígenas y afrocolombianos. Por lo que toca a los primeros me complace haber participado en las tareas que condujeron a la publicación, por parte del Instituto Caro y cuervo, de la magna obra Las lenguas indígenas de Colombia, una visión descriptiva; en cuanto a los idiomas afrocolombianos –el isleño del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y el palenquero en las cercanías de Cartagena-, entre otros trabajos de especial significación fue para mí la publicación conjunta con la inolvidable Nina de Friedemann de la obra Lengua y sociedad en el Palenque de San Basilio”, publicado en 1983.

Posteriormente, fue nombrado decano de Ciencias Humanas y finalmente director del Posgrado de Lingüística. En la Nacional los alumnos lo veían como el gran Maestro, el científico que estaba siempre presto “a observar y analizar los hechos del lenguaje y de la sociedad. Para sus colegas fue una personalidad polifacética, filólogo, lingüista, catedrático, creador de proyectos, seguro consejero, flexible asesor e impulsador constante de investigaciones y tareas relacionadas con la amplia realidad idiomática de Colombia” (Montes, p.10).

Durante su ejercicio académico recibió innumerables distinciones, entre otras, Profesor Emérito y Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Colombia; Miembro Honorario de Instituto Caro y Cuervo (1996); Miembro correspondiente (1996) y de número (2002) de la Academia Colombiana de la Lengua; director de la Comisión de Lingüística de la Academia de la Lengua; Miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua; Miembro fundador del Comité Nacional de Lingüística Aborigen; Miembro del Comité editorial de Las lenguas indígenas: una visión descriptiva; Miembro del comité editorial de la revista Thesaurus del Instituto Caro y Cuervo y, finalmente, un poco antes de su muerte El IX Premio Nacional al Mérito Científico en la categoría Vida y Obra (2009), premio otorgado por la Asociación Colombiana para el Avance de la Ciencia, ACAC, para “…exaltar la labor de un hombre…cuya vida haya estado dedicada a la ciencia, destacar su producción intelectual y reconocer su influencia en la comunidad científica particular (Montes, p.14).

Su formación en el campo filosófico, estamos seguros, fue el punto de partida que le facilitó la profundización en el estudio de la lengua, soporte esencial para lograr esa visión diversa, amplia y rigurosa de la ciencia del lenguaje a la que le dio tantos aportes para el desarrollo científico en Colombia.

2.2 Producción intelectual.

Don Carlos Patiño Roselli, fue uno de los principales cultores de los estudios lingüísticos en Colombia. Durante muchos años se dedicó a la investigación y dio los mejores frutos de su cosecha intelectual para que lingüística tuviera un lugar en el concierto colombiano y mundial, ciencia que por aquella época, en Colombia, apenas empezaba a florecer. Sus trabajos marcaron siempre una ruta en el desarrollo de estos estudios. Fue el iniciador de la descripción, análisis y comprensión de las lenguas amerindias y africanas, en el país. Las dio a conocer a través de sus escritos, productos de sus múltiples investigaciones, ya en la actividad docente o en el trabajo de campo; estudios que le permitieron a propios y extraños conocer, interesarse y formarse, mediante sus enseñanzas, en esta realidad lingüística que hace parte de la identidad colombiana. Es importante reconocer “que antes de los años ochenta los trabajos sobre estas lenguas habían sido desarrollados por antropólogos y misioneros y que desde los setenta fueron realizadas por investigadores del Instituto Lingüístico de Verano con intereses evangelizadores”.

Con gran facilidad transitaba por las escuelas filológicas y lingüísticas gracias a su sólida formación profesional adquirida desde los años cincuenta en Francia, Alemana y los Estados Unidos. Su constante dedicación a las disciplinas del lenguaje hicieron de él una voz autorizada en la Academia, en las Instituciones en las que laboraba y en el país. Voz que hoy, los continuadores de sus enseñanzas recordamos y extrañamos de veras.

La riqueza lingüística del suelo colombiano, representada en el multilingüismo, junto con su sólida formación profesional en el campo de la lengua, llevó al doctor Patiño a interesarse por los estudios de las lenguas minoritarias, criollas e indígenas en el país. Entonces, en este punto de mi exposición presentaré la producción intelectual de acuerdo con los elementos que conforman la lengua que hablamos en el terriotrio nacional: los criollos, las lenguas indígenas y el español.

El primer programa de Maestría en Lingüística, con énfasis en lenguas indígenas y criollas, fue creado por el doctor Carlos Patiño en la Universidad Nacional de Colombia. Programa orientado bajo las más modernas teorías que le permitió a investigadores jóvenes estudiar y entender la realidad de esas lenguas en el país. Fue en estos campos, desde la Nacional, un constructor de ideas lingüísticas, teorías y métodos propios para las investigaciones con las que logró una escuela de seguidores y promotores de estos estudios que hoy continuan con esta ardua labor, desde los distintos rincones de Colombia donde se hayan asentados o diseminados los grupos indígenas y criollos.

Su visión y necesidad de estudiar estas lenguas en el país, lo llevó muy rapidamente a interesarse por la “criollística y la africanística”. Estos idiomas criollos, tanto el de base inglesa usado en las islas de San Andrés y Providencia, como el de base hispánica que se habla en San Basilio de Palenque, conformaron la fuente consultiva, en el trabajo de campo, para los artículos que escribió:

La criollística y las lenguas criollas de Colombia” , “Sobre origen y composición del criollo palenquero de Colombia” , “Las lenguas criollas colombianas” , “Sobre la escritura de las lenguas criollas” , “Hacia una ortografía para el idioma palenquero” , “El lenguaje de los afrocolombianos y su estudio” , “Las lenguas criollas y la herencia lingüística africana” , “Sobre la cuestión lingüística en San Andrés y Providencia” , “Una mirada al criollo palenquero” ,Historia y sociedad en la génesis de las lenguas criollas” , “Aproximación al lenguaje afrocolombiano”.

De igual manera, el libro que publicó con la antropóloga Nina de Friedemmann, titulado Lengua y sociedad en el Palenque de San Basilio, obra que constituye referente indispensable en las investigaciones más actuales sobre aspectos tales como la fónica del habla, la morfosintaxis de la lengua y las primeras notas sociolingüísticas, a partir de lo cual, el Dr. Patiño reclamó la intervención del Estado para preservar la lengua criolla en Palenque de San Basilio (Pardo, Ardila, p. 16). En San Basilio colaboró, además, en el Proyecto de Educación de Palenque.

Por su trabajo y reconocimiento intelectual, hizo amistad, con otros investigadores, fuera de Nina de Friedemann, dedicados al estudio de criollos y temas afrocolombianos, entre ellos: Marcia Dittman, Marianne Dieck, Armin Schwegler, Ivés Moñino, los académicos Nicolás del Castillo Mathieu y el muy apreciado Germán de Granda Gutiérrez. Es probable que la correspondencia epistolar con estos colegas colombianos y extranjeros muestre aspectos interesantes de su vida, sus experiencias y sus investigaciones sobre africanística que valdrían la pena estudiar.

Para los estudios etnolingüísticos y otros asuntos, encontramos el trabajo Relaciones de contacto del criollo palenquero, en elque evalúa y explica la conformación y relación de esta lengua con otros criollos de la misma procedencia. Según don Carlos Patiño, en la formación del criollo palenquero se hizo presente la variedad del español como lengua de contacto cuyo uso se estabilizó en los intercambios entre los colonizadores españoles y los esclavos africanos que llegaron a Cartagena de Indias. Sin embargo, establece en su estudio que en los orígenes del palenquero se encuentran influencias de variedades de lenguas de contacto como el criollo afro-portugés de la isla de San Tomé. Sustenta sus observaciones en el proceso de re-lexificación de acuerdo con lo cual algunas unidades léxicas del portugués se adaptaron al español. Así, la lengua afro-portugesa sirve al primer encuentro como lengua franca y se constituye en lengua de los esclavos africanos, cuyas tradiciones lingüísticas eran divergentes en relación con sus diversos orígenes tribales (Pardo-Ardila, p. 16).

También, fue muy grande el interés del doctor Patiño por las lenguas indígenas extintas y actuales, el que dejó plasmado en pequeños y grandes artículos como “El lenguaje como expresión sicosocial” artículo presentado en 1973 durante la Primera Reunión de Trabajo sobre Educación Bilingüe en los Grupos Indígenas , “Sobre la lingüística de la Amazonia colombiana”, “Lenguas aborígenes de la Amazonia meridional de Colombia” , también, la ponencia que presentó en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española llevado a cabo en Cartagena en marzo de 2007 con el título “Sobre la relación entre el español y las lenguas amerindias con especial referencia a Colombia“.

En cuanto a los temas indigenistas (Ardila, Montes y Rodríguez) coinciden en afirmar que él, estuvo siempre pendiente de los proyectos que comenzaban a desarrollarse, se interesaba por los etnolingüistas o los antropólogos que se iban formando, disfrutaba escuchar sus experiencias, alentaba sus esfuerzos, siempre tomando el pulso al desarrollo en estos campos y colaborando en la formación de nuevas promociones de etnolingüistas.

Según don José Joaquín Montes Giraldo y doña María Luisa Rodríguez (p.12) desde la creación, en 1983, del posgrado de Lingüística en la Universidad Nacional de Colombia y bajo su dirección, Carlos Patiño Rosselli, desarrolló una fructífera tarea en favor de las lenguas indígenas de Colombia: formación de etnolingüistas, promoción de estudios de uitoto, creación del “Núcleo de Estudios Uitoto”, trabajo con informantes uitotos en los cursos de lingüística, apertura del curso de lengua uitota en dos niveles con la colaboración de la lingüista Gabriele Petersen de Piñeros y del experto uitoto Eudocio Becerra, novedosa experiencia esta última, que luego se amplió a los idiomas nasa, kamsá, inga y wayuu.

En 1986 fue llamado para formar parte del Comité Nacional de Lingüística Aborigen y la Secretaría Técnica estaba a cargo del Instituto Colombiano de Antropología. Comité asesor del gobierno Nacional para la investigación, formulación de políticas, enseñanza, difusión, utilización y conservación de las lenguas indígenas y criollas. Como representante de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad Nacional, el doctor Patiño tuvo la oportunidad de compartir reuniones de trabajo con los representantes del Instituto Colombiano de Antropología, el Grupo de Etnoeducación del Ministerio de Educación, la División de Asuntos Indígenas, la Onic, el Departamento Nacional de Planeación, el Instituto Caro y Cuervo, la Universidad de Los Andes y Colciencias. Entre los representantes de algunas de estas instituciones asistían, entre otros: Roberto Pineda Giraldo, Roberto Pineda Camacho, Jimena Pachón, Yolanda Bodnar, Olga Ardila, Roque Roldán, Raúl Arango y Enrique Sánchez.

De igual manera, don Carlos Patiño, entre 1985- 1989, hizo parte del Comité Asesor del Instituto Caro y Cuervo para la obra Lenguas indígenas de Colombia. Una visión descriptiva, editada por el Instituto Caro y Cuervo en el año 2000. El Comité presidido por el doctor Ignacio Chaves Cuevas, Director del Instituto Caro y Cuervo y coordinado por María Luisa de Montes, fue, en verdad, un riguroso Comité Científico. Se reunió muchas veces para discutir sobre temas propios de esta labor indigenista. Realizó tres congresos con etnolingüistas nacionales y extranjeros y logró llevar la obra hasta su publicación. Obra que en España mereció del premio Fray Bartolomé de Las Casas para el Instituto Caro y Cuervo. Este importante Comité Asesor estaba conformado por Carlos Patio Rosselli y Olga Ardila del posgrado de Lingüística de la Universidad Nacional de Colombia; Ximena Pachón del Instituto de Antropología y Jon Landaburu, jefe del posgrado de Etnolingüística de la Universidad de Los Andes, Francisco Queixalós y Elsa Gómez-Imbert eminentes etnolingüistas de la Universidad de Los Andes y del centro de Investigaciones Científicas de París (CNRS).

En la elaboración de esta enjundiosa investigación participaron 57 coautores nacionales y extranjeros que dieron razón acerca de 62 idiomas indígenas colombianos, junto con tres artículos de don Carlos Patiño, el primero, sobre las lenguas de la Amazonia meridional, el segundo, sobre el ocaina y el tercero, sobre el uitoto, en colaboración con la profesora alemana Gabriele Petersen de Piñeros de la Universidad Nacional.

De acuerdo con lo anterior, quedó demostrado que la realidad plurilingüe de Colombia llevó al doctor Patiño Rosselli a investigar la criollística y los criollos, pero su trabajo no se quedó solo allí, porque, como ya lo vimos, también se dedicó al estudio de la lenguas indígenas actuales y extintas, sin olvidar su gran interés por el español de Colombia, sus variedades dialectales y sociolectales, muestra de esto son los artículos: Sociolectos bogotanos, Español, lenguas indígenas y lenguas criollas en Colombia, Sobre la relación entre el español y las lenguas amerindias, con especial referencia a Colombia o la monumental obra sobre lenguas indígenas de Colombia. Así mismo, publicaciones como: Apuntes de lingüística colombiana (2000), Realidad lingüística de Colombia (2001). Aspectos del lenguaje en Colombia (2003), Sobre la relación entre el español y las lenguas amerindias con especial referencia a Colombia (2007), entre otras reseñas, ensayos y exposiciones que dan cuenta de que la realidad de la lengua en Colombia siempre fue tema de sus desvelos investigativos.

La lingüística histórica, también tuvo un espacio en sus reflexiones, de estos trabajos dan cuenta los artículos: Evolución de concepciones en gramática, Estructuralismo y gramática y Un repaso lingüístico al siglo diecinueve. Este último artículo fue una importante disertación magistral ofrecida en la Academia Colombiana de la Lengua. A lo largo de su exposición presentó sistemáticamente los aspectos esenciales para el desarrollo de la ciencia de la lingüística contemporánea. El Dr. Patiño, dijo que los aportes de Humboldt, no solo en la consolidación de la filosofía lingüística, sino muy especialmente en la transformación de la concepción de lenguaje, la cual se instala en una dimensión cognitiva, en tanto deja de ser un simple instrumento o un sistema de signos, para ser constituyente de la actividad de pensar. En esta perspectiva, el lenguaje como actividad cognitiva es un acto creativo cuya función esencial es la comunicación. El recorrido elaborado, le permitió, además, reflexionar sobre los aportes de la investigación, sobre la clasificación tipológica y genética de las lenguas, para indicar la importancia del cambio lingüístico, núcleo de la preocupación de los estudios en la filología comparada. Finalmente, señaló las hipótesis que orientaron la reconstrucción del protoindoeuropeo, así como la ley de Grimm, que se deriva de la regularidad, que se establecieron de las relaciones entre consonantes en distintas lenguas indoeuropeas con implicaciones en las transformaciones fonológicas (Pardo y Ardila, p. 17)

Durante su gestión profesoral el doctor Patiño también dio cuenta de su preocupación como un educador comprometido con el tema de la enseñanza; por tal razón, publicó artículos de alta calidad para la Educación Superior, entre ellos, La lingüística a vuelo de pájaro (2008); Campos y tareas de la Etnolingüística en Colombia; Español, lenguas indígenas y lenguas criollas en Colombia (1992) y la Función identificadora del lenguaje (2004). Con estos y otros estudios (artículos y ensayos) demostró que la tarea del docente investigador es motivar a los estudiantes y colegas para proponer ideas, preguntarse, dudar, pensar críticamente, indicar metodologías, etc. que permitan conocer más y mejor la realidad y el uso de la lengua que empleamos en los procesos comunicativos.

En 1996, fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Colombiana y en 2002 miembro de número de esta corporación. Su labor en la Academia fue intensa y gratificante, don Jaime Posada, director de la Academia, lo nombró Coordinador de la Comisión de Lingüística y allí creó el boletín Vigía del idioma que con la colaboración de los académicos Gloria Guardia de Alfaro, Cecilia Balcázar de Bucher, José Joaquín Montes, Juan Carlos Vergara y Jaime Bernal (editor) alcanzó a publicar 22 números entre 2002 y 2010, importante publicación divulgativa que nos permite leer cortos e interesantes artículos sobre cuestiones idiomáticas en Colombia.

La diversidad de su trabajo científico y su postura como maestro de la lingüística lo llevó a presentar profundas reflexiones sobre el español de Colombia el que consideraba lengua nacional. Par él la lingüística y su estudio debe estar siempre encaminado al conocimiento de la realidad de la lengua, conformada por el español, las lenguas indígenas y criollas que representan la riqueza de nuestro mapa cultural y lingüístico del país.

Su tránsito por la Academia colombiana “es otro índice de ejemplaridad a seguir, desde sus discursos de posesión hasta el aliento entregado a la comisión de Lexicografía de la Academia, en donde nos acicateó permanentemente para culminar la edición actualizada del Breve diccionario de Colombianismos, no sin disfrutar de su excelente humor a la hora de comentarnos los ejemplos del habla coloquial que recortaba celosamente de periódicos y gacetas, que complementadas por los apuntes de don José Joaquín Montes hacían inolvidables las sesiones de la Comisión. Debo acotar, también su participación en la Comisión de Vocabulario Técnico y su empuje inquebrantable para crear y dar continuidad al Vigía del Idioma (Vergara, p. 3).

También, como Coordinador de la Comisión de Lingüística de la Academia Colombiana, don Carlos Patiño Rosselli, con la cooperación de Jaime Bernal Leongómez, concibió el proyecto El lenguaje en Colombia. Según el doctor Patiño, “no existe una obra de conjunto que reúna y actualice las informaciones dispersas sobre temas lingüísticos e idiomáticos referidos a Colombia”, el objetivo de la obra según se difundió oficialmente entre los investigadores y profesores invitados a comienzos de 2009, fue el de “Elaborar y publicar una obra que trate los principales aspectos relacionados con el lenguaje en nuestro país: lengua nacional, lenguas étnicas, aspectos sociolingüísticos y pragmáticos, trayectoria de los estudios filológicos y lingüísticos, didáctica lingüística, etc.” El proyecto según los autores se diseñó para que fuera una obra donde tuvieran participación otras instituciones académicas, asignando los distintos temas a personas idóneas para desarrollarlos. El comité coordinador quedó integrado por los miembros de la Comisión de Lingüística: José Joaquín Montes Giraldo, Luis Alfonso Ramírez, Edilberto Cruz, Juan Carlos Vergara, Cecilia Balcázar y Juan Mendoza Vega. La obra fue publicada, en 2012, por La Academia Colombiana de la lengua y Instituto Caro y Cuervo bajo el título de “El lenguaje en Colombia. Tomo I: Realidad lingüística de Colombia.

Imposible olvidar la temprana y única incursión por el mundo de la poesía, muy joven en compañía del escritor colombiano Álvaro Mutis publicó un poemario titulado La balanza del cual no se tiene mayor noticia. Cecilia Balcázar, al respecto dijo que “no conocemos producción posterior suya en este campo, pero como poeta auténtico y sensible convirtió su propia vida en un poema de equilibrio entre la poesía y la ciencia, con ecuanimidad, con franqueza y lealtad en la amistad; con entereza de carácter; con oculta y mesurada ternura (Vigía del idioma, No.23).

Ya para terminar este recorrido por la vida y la obra de don Carlos Patiño Roselli, y a modo de conclusión, podemos decir sin duda alguna en palabras de las profesoras Pardo, Ardila (p.18), y los profesores Montes y Rodríguez (p. 14) “que los aportes del Dr. Patiño son invaluables para el país. Sus estudios sobre lenguas indígenas y criollas son fuente de los principales desarrollos de la lingüística colombiana de los últimos veinte años y marcan una nueva orientación de las investigaciones sobre lenguas minoritarias. Además, que todos sus colegas y amigos, desde los que conocieron sus escarceos juveniles por los caminos de la poesía, o los que años más tarde lo acompañaron en su aventura humana por las lenguas criollas; o los que compartieron con él la investigación del múltiple y desconocido mundo de las lenguas indígenas; o quienes trabajaron con él, el español de Colombia y sus dialectos diatópicos y diastráticos; sus numerosos amigos de la Academia, los centenares de alumnos y exalumnos y en general todos los que tuvimos el honor y gusto de tratarlo, todos admiraremos siempre su profunda formación científica, su labor académica, su magistral cátedra universitaria y su aporte al conocimiento; todo ello dentro de la jovialidad y sencillez que siempre lo acompañaron y caracterizaron.

La vida del doctor Patiño fue un ejemplo admirable para todos los que lo tuvimos cerca como el maestro, el amigo y el colega: ejemplo de disciplina, rectitud, integridad ética, de constancia al trabajo por la lengua colombiana y de grandeza y dignidad humanas.

Bibliografía de Carlos Patiño Rosselli

  • Manual de filología hispánica: guía bibliográfica, crítica y metódica. Traducción de Gerhard Rohlfs, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo (1957).
  • La lingüística y la enseñanza de los idiomas modernos en Colombia y Venezuela. En: Programa Interamericano de Lingüística (1965)
  • Enseñanza de Idiomas. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo.
  • El lenguaje como expresión sicosocial, En: Primera reunión de trabajo sobre educación bilingüe en los grupos indígenas, Bogotá, Ministerio de Gobierno (1973).
  • Sobre la lingüística de la Amazonia colombiana. En: Primer seminario de Antropología Amazónica Colombiana, Bogotá, Universidad Nacional (1982).
  • Patiño R.C. y Friedemann N. Lengua y sociedad en el Palenque de San Basilio. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo (1983).
  • Sobre la cuestión lingüística en San Andrés y Providencia. En: Revista Glotta, Bogotá, Instituto Meyer, vol. I, núm. 2. (1986)
  • Una mirada al criollo palenquero. En estudios sobre el español de América. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo (1989).
  • Campo y tareas de la etnolingüística en Colombia. América Negra, Núm. 2, Bogotá. Pontificia Universidad Javeriana (1991)
  • Español, lenguas indígenas y lenguas criollas en Colombia, En: Presencia y destino. El español de América hacia el siglo XXI, Tomo I, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo (1991).
  • La criollística y las lenguas criollas de Colombia. En: Thesavrvs, Boletín del Instituto Caro y Cuervo. Tomo XLVII, número 2. Bogotá, ICC (1992).
  • Sobre origen y composición del criollo palenquero en Colombia. Signo y seña, Revista del Instituto de Lingüística Hispánica, Valladolid (1992b).
  • Las lenguas criollas colombianas. En: Gritón, Comité Nacional de Lingüística Aborigen, Instituto Colombiano de Antropología, Bogotá, núm. 1 (1994).
  • Hacia una ortografía para el idioma palenquero. En: América Negra. Bogotá, Universidad Javeriana (1995).
  • Sobre una escritura de las lenguas criollas. En: América Negra No. 9, Bogotá. Pontificia Universidad Javeriana, junio de 1995.
  • El lenguaje de los afrocolombianos y su estudio. En Estudios de literatura y cultura colombianas y de lingüística afro-hispánica, Frankfurt am Main, Peteer Lang, (1995). Versión revisada en América Negra, Bogotá. Pontificia Universidad Javeriana, núm. 13-14 (1997).
  • Tareas de la etnolingüística en Colombia. Bogotá, U. Javeriana.
  • Las lenguas criollas y la herencia lingüística africana. Boletín de la Academia Colombiana, XLVI, 1996.
  • Relaciones de contacto del criollo palenquero de Colombia”. En: Forma y Función, núm. 11. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia (1998).
  • Un repaso lingüístico al siglo XIX. Lección Inaugural del Posgrado de Lingüística de la Universidad Nacional. En: Forma y Función, núm. 12. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia (1999).
  • Sobre etnolingüística y otros temas, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 2000
  • Lenguas aborígenes de la Amazonía meridional de Colombia. En: Lenguas indígenas de Colombia. Una visión descriptiva, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 2000, pags. 169-170.
  • Apuntes de lingüística colombiana. En: Forma y Función, núm. 13. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia (2000).
  • Patiño R.C y Petersen G. El idioma huitoto. En: Lenguas indígenas de Colombia: una visión descriptiva, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 2000.
  • Realidad lingüística de Colombia. En: Boletín de la Academia Colombiana de la Lengua. Tomo 52. Bogotá, ACL (2001).
  • Historia y sociedad en la génesis de las lenguas criollas. En Revista de Estudios Sociales, núm.13, octubre, 2002, págs. 109-115.
  • Aspectos del lenguaje en Colombia”. En: Cuaderno, CES núm. 4. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia (2003).
  • La función identificadora del lenguaje”. En: Revista Enunciación Núm. 9. Bogotá, Universidad Distrital (2004).
  • Nuevos aportes a la etnolingüística colombiana: Publicaciones del CCELA. Bogotá, Universidad de los Andes.
  • Sociolectos bogotanos. Boletín de la Academia Colombiana, LV, múms. 23-24, 2004, págs. 177-182.
  • Aproximación al sistema fonético de la lengua muisca (Prólogo al libro de María Stella González de Pérez), Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, 2006
  • Sobre la relación entre el español y las lenguas amerindias, con especial referencia a Colombia. En: Boletín de la Academia Colombiana de la Lengua. Tomo 58. Bogotá, ACL (2007).
  • Breve Diccionario de colombianismos. Academia Colombiana de la Lengua. Bogotá, Gráficas (2007).
  • Aproximación al lenguaje afrocolombiano. Boletín de la Academia Colombiana, 2009, LIX, núms. 243-244, págs. 67-74.

Referencias:

  • Alameda Ospina, Raúl. Recordando a Carlos Patiño Rosselli, el maestro e investigador de lingüística. Vigía del idioma, Academia Colombiana de la lengua, No. 23, p.4, 2010.
  • Balcázar de Bucher, Cecilia. Palabras pronunciadas en el funeral de Carlos Patiño Rosselli. Vigía del idioma, Academia Colombiana de la lengua, No. 23, p. 2, 2010.
  • Bernal Leongómez, Jaime. Carlos Patiño Rosselli, in memorian. Vigía del idioma, Academia Colombiana de la lengua, No. 23, p. 1, 2010.
  • Iriarte Esguerra, Genoveva. Carlos Patiño Rosselli. Vigía del idioma, Academia Colombiana de la lengua, No. 23, p. 3, 2010.
  • Montes Giraldo, José Joaquín y Rodríguez de Montes, María Luisa. El lingüista Carlos Patiño. Boletín de la Academia Colombiana de la lengua (2011)
  • Pardo, Neyla y Ardila, Olga. Carlos Patiño Rosselli: vida y obra. Boletín de la Academia Colombiana de la lengua (2011).
  • Ramírez, Luis Alfonso. Recordando a Carlos Patiño Rosselli, el maestro e investigador de lingüística. Vigía del idioma, Academia Colombiana de la lengua, No. 23, p. 3-4, 2010
  • Vergara Silva, Juan Carlos. Homenaje in memoriam. Carlos Patiño Rosselli.
  • IX Premio Nacional al Mérito Científico en la categoría Vida y Obra. En Revista Innovación y Ciencia, edición especial 40 años, Asociación Colombiana para el avance de la Ciencia, vol. XVII, núm. 3, 2010, pa. 22.

Mariano Lozano Ramírez

Academia Colombiana de la Lengua

Universidad de La Sabana

Departamento de Lingüística, Literatura y Filología

Faculta de Filosofía y Ciencias Humanas